Este año las vacaciones han sido cortas: 1 semana. Pero no hemos desaprovechado ni un segundo!
Lisboa y sus alrededors son una maravilla y se come estupendamente. De todos los restaurantes en los que estuvimos, nos quedamos con 2, El Ponto Final en Lisboa y el Pendoa en Sintra.
El Ponto Final está al otro lado del Tajo, hay que coger un ferry hasta Cacilhas y andar por un antiguo muelle hasta llegar a él, pero vale la pena. No voy a hablar de las vistas que hay desde allí de la ciudad, ni de lo a gusto que se está en su terraza al lado del río, sino de los salmonetes a la brasa que nos comimos!
Tuvimos algo de mala suerte con el tiempo. La tarde se nubló y las vistas no eran tan alucinantes como en un día despejado. Aún así, valía la pena.
A lo que vamos, que no son las vistas. Empezamos la cena con unos gambones cocidos y un platito de queijo. Qué rico! Las gambas en su punto de cocción y fresquísimas. El queso era de oveja, curado y ligeramente picante. Nos encantó.
Después de esto no nos decidíamos por uno de los pescados a la brasa, así que compartimos unos salmonetes y un lenguado, los dos a la brasa.
Nos pusieron 3 salmonetes del tamaño de una lubina de ración! Sabrosísimos. Y el lenguado me dejó sin palabras. Esquisito. La brasa le daba un saborcito a carbón que lo hacía insuperable.
Bebimos un vino blanco de Setúbal que fue lo que menos nos gustó de la cena, un poco insípido para nuestro gusto. Pero acompañaba muy bien a los platos que pedimos.
Da gusto encontrar lugares como éste: escondidos de la multitud, con materia prima excelente y unos precios muy muy competentes. En Barcelona nos habrían cobrado unos 30 euros por el lenguado, aquí pagamos 19! Y teníamos el puente 25 de abril en frente!
Es un restaurante al que hay que ir si visitas Lisboa.
Ponto Final
R.do Ginjal nº 72
00351 212760743
El otro restaurante-tienda-de-souvenirs del que os quería hablar es "A Pendoa" en Sintra.
Sintra es una ciudad patrimonio de la Unesco a unos 30 km de Lisboa. No os cuento nada porque hay que ir a verla. No he visto nada igual en mi vida.
Allí encontramos una casa de comidas de lo más casero que he probado. Entramos en una tiendecita a comprar unos imanes y le preguntamos a la chica que nos recomendara un restaurante donde no hubiera turistas, el consejo no pudo ser mejor!
Cuando entramos al Pendoa nos encontramos una barra y una cocinita a la izquierda y unas estanterías con sábanas y souvenirs de Sintra a la izquierda. Nunca he visto nada igual. Nos encantó! Además, los dueños conocían a todos los clientes, buena señal!
Pedimos una sopa, muy típicas en Portugal, y una ensalada para empezar. Las dos no podían ser más caseras. Me recordaron a las que hace mi abuela Ángela.
De segundo pedí pollo al horno con arroz blanco y Alfonso pidió la especialidad de la casa: Bacalao a Bras.
Es un bacalao desmigado salteado con cebollita, patatas y huevo. Una bomba! El pollo era justo lo que me apetecía comer en ese momento. Me acabé el arroz y el hombre me puso más, como si estuviera en mi casa.
Como todo estaba tan bueno, no queríamos irnos sin probar un flan que tenían en la nevera. Espectáculo!!!
Qué bonito Sintra! Y qué bien comimos! Ah, no os he dicho que todo esto nos costó 30 euritos!!
No tengo el número del Pendoa, pero lo encontraréis en el casco antiguo de Sintra.
No olvidéis pasaros por estos dos sitios si visitáis Lisboa.
Buon appetito