Hace unas semanas compré pasta de miso blanco para hacer una receta de mi blogger preferido, Mikel- alias, el Comidista. Había probado el miso en infinitos platos en japoneses varios, pero nunca había experimentado con él. A partir de ahora soy súper fan de esta pasta de soja tan sana y light.
De modo que decidí presentársela a dos tristes pechuguitas y se hicieron súper colegas!
- 2 pechugas de pollo enteras (sin filetear)
- 150 gramos de setas shitake
- 2-3 cucharadas de pasta de miso blanco
- 1 cucharadita de mostaza picante
- 2 cucharadas de vinagre de arroz
- 2 cucharadas de cava o vino blanco
- 1 cucharadita de comino en polvo
- 1 manojo de rúcula
- 1 cucharadita de pimentón picante
- 1 cebolla tierna
- 3 cucharadas aceite de oliva suave
- agua caliente
- semillas de sésamo blanco o negro, el que tengas..o ninguno si no tienes,
- Limpiar las pechugas de grasa y nervios.
- Cortarlas con las tijeras en dados grandes
- Formar una pasta mezclando bien el miso con la mostaza, el vinagre, el cava, el comino, el pimentón y el aceite de oliva.
- Salpimentar el pollo y untarlo bien con la pasta.
- Es recomendable usar un wok, pero una sartén grande servirá. Ponerlo a fuego medio con una cucharadita de aceite.
- Dorar la cebolla tierna picada.
- Añadir las setas y salpimentar ligeramente.
- Añadir el pollo y remover bien para que se mezclen los sabores.
- Después de 5 minutos añadir medio vaso de agua para que se forme la salsa.
- Cocinar a fuego bajo/medio unos 15 minutos.
- Añadir la rúcula troceada con las manos y las semillas de sésamo. Apagar el fuego.
- Dejar reposar 5 minutos y servir en platos hondos. Un poco de arroz hervido puede servir de guarnición si queréis hacer el plato más sustancioso.
ボナペティ!
delicioso!!!
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